CATALONIA IS NOT SPAIN

El pasado sábado estuve en Barcelona. Ciudad cosmopolita, costera y llena de atractivos que hacen de la misma, una de las ciudades más visitadas de España. Siempre he escuchado que París, a pesar de los franceses, es maravillosa. Estoy de acuerdo con esa afirmación y la comparto con Barcelona. No estoy de acuerdo con meter en el mismo saco a todos los catalanes. Sólo una parte de ellos hacen que no sea nada agradable el visitar la ciudad y que uno vaya a ella porque no tiene más remedio. Su atractivo, su encanto, su personalidad y, en mi caso, que mi hija y mis nietos vivan en ella, no son suficientes para hacer que la visite con más frecuencia.

Como decía anteriormente, el pasado sábado 22 de setiembre, estuve en Barcelona. Siempre que puedo visité la iglesia de Santa María del Mar. Una boda y una multitud de visitantes, hicieron que mi estancia en ella no fuera como otras veces. Ruido, flashes y un sinfín de personas que estaban para hacerse fotos y no respetaban el más mínimo lugar, hicieron que marchara rápidamente. Las calles, abarrotadas de gente, ofrecían la imagen de una ciudad vital, acogedora, moderna y atractiva para los visitantes.

Plaza de San Jaime, a eso de las 13,30, repleta de turistas haciendo fotos, a la izquierda el Ayuntamiento, lazo amarillo en la fachada. A la derecha, la Generalidad, cartelería reclamando la «libertad de los presos políticos» y frente a su fachada, pancarta de dimensiones considerable:

«CATALONIA IS NOT SPAIN»

Los «mozos»,  que siempre que he pasado por la plaza estaban en las puertas de la Generalidad controlando el acceso a la misma, curiosamente no estaban visibles. Sintomático que en un día con tal cantidad de personas transitando no estuvieran visibles.

Y así, todo。Una parte de la sociedad «abducida» sin entender que la unión hace la fuerza.

Lo verdaderamente escalofriante es que mi querida Baleares va siguiendo la estela y la estelada camino este que hace que me plantee marcharme de MI TIERRA.

 

 

Anuncio publicitario

SA FEIXINA HOY

Estamos en el año 2017 y o somos izquierdistas radicales, mi partido es de izquierda pero no radical, o somos fascistas. A tenor de los últimos datos de las últimas elecciones, en España a junio pasado éramos unos veinticinco millones cuatrocientos mil fascistas.

A pesar de que los radicales obtuvieron en total unos once millones cien mil votos, merced a pactos con otros partidos como el Psoe, hete aquí que están gobernando en muchas ciudades españolas y a pesar de que, creo, que no era lo que quería el pueblo español en general. Y eso se nota.

Esta introducción lleva inevitablemente a la conclusión que lo que la mayoría quiere, es lo contrario de lo que ellos ejecutan. Y en Palma de Mallorca lo que quieren «ejecutar», aparte de otros asuntos que ahora no vienen a cuento, es el monumento de Sa Feixina. Dicho monumento, haciendo un poco de historia, fue inaugurado por Franco y fue erigido en memoria de los setecientos ochenta y seis hombres muertos o desaparecidos en el hundimiento del crucero Baleares, bastante de los cuales eran de ls Islas Baleares.  En el año 2010 y en cumplimiento de la famosa Ley de Memoria Histórica, fue reformado  para adaptarlo a la citada ley, curiosamente bajo el mandato de una alcaldesa socialista.

Actualmente, dicha adaptación es de todo punto insuficiente, hay que derribarlo. Un político relevante de nuestra sociedad actual dijo en un medio de comunicación que «se sentía ofendido cada vez que tenía que pasar por delante del monumento de Sa Feixina» ¡ofendido!. ¿Dicho política se habrá parado a pensar si a los que no somos de su ideología política, nos sentimos «ofendidos» cuando le vemos pasar por delante nuestro con su coche oficial?. ¿Se ha parado a pensar que gobierna incluso para los que no le han votado?. ¿Se ha preguntado alguna vez a que viene ese odio tan profundo y rancio contra los que no son de su cuerda?. Le recordaremos que una guerra es entre dos partes, y que ambas luchan y cometen actos atroces siempre pensando que ellos son «los buenos y los otros los malos».  Hay que derribar el monumento porque «ofende» A UNA PARTE DE LA POBLACIÓN. ¿Y el resto, nos importa?. Si hiciéramos una muestra sobre el significado del monumento de Sa Feixina entre nuestros jóvenes, seguro que una mayoría no sabría ni estaría interesada en saber la historia del mismo y lo que representa.

Todas estas iniciativas partidistas y rencorosas, a lo único que nos conducen es a fomentar el odio y la división entre los españoles. No sé a ciencia cierta que motiva a esta gente que no vivió, en muchos casos, ni la guerra ni la postguerra. Desenterrar a nuestros muertos pienso no es la mejor manera de afrontar un futuro lleno incertidumbres e incógnitas. Derribar monumentos, en este caso ya desprovisto de ningún mensaje militar, no es el mejor signo de madurez política.

Dejemos nuestra guerra civil en un rincón de la memoria ya que no es una parte de la historia de la que debamos sentirnos particularmente orgullosos y, simplemente, aprendamos la lección para no cometer nunca más ese tremendo error. Han transcurrido 81 años , tiempo más que suficiente para curar todas las heridas por muy profundas que sean. Todo el mundo reconoce que nuestra transición fue un modelo de sensatez y cordura. No reavivemos viejos rencores y enfrentamientos, el mundo entero y particularmente nuestros hijos nos lo agradecerán. ¡Y DEJEN EN PAZ SA FEIXINA, POR FAVOR!

La lengua que nos separa

Uno siempre ha creído que la Torre de Babel era un poco la línea que separaba la vida inteligente de las épocas oscuras muy, muy oscuras en las que el caos o la poca organización imperaba sobre la Tierra.

La torre de  Babel ni fue línea ni nada que se le parezca. Está totalmente de actualidad. Parece que hoy en día, cada «tribu» necesita aislarse y refugiarse dentro del cascarón de su cultura y olvidarse de los demás.

Todos los días leemos en la prensa, escuchamos en la radio o vemos por la televisión, noticias sobre esta o aquella tribu que se envuelve sobre sí misma y promulga leyes, decretos para excluir de su «vida cotidiana» las lenguas comunes a la comunidad mundial.

Nunca he entendido qué ocurre en España. Tenemos el castellano, una de las lenguas más extendidas del mundo, como quinientos millones de hispanos hablantes, y cada día se atenta contra ella.

Desde las Comunidades se ponen trabas para que nuestra lengua común, sea defenestrada y olvidada.

En unas Comunidades se prohíbe la enseñanza en las escuelas, en otras se prohíbe acceder a la función pública sino tienes un dominio demostrable de la lengua propia, en otra su impide contratar con la Administración autonómica si no se habla y escribe todas las comunicaciones tanto internas como de publicidad, en la lengua propia.

O sea, un español de otra Comunidad, tiene una misión extremadamente complicada para poder actuar, negociar o incluso residir en una de esas Comunidades.  ¿Y eso dónde nos lleva?

Evidentemente a la Torre de Babel.

Me parece coherente que todos y cada uno de los residentes en un territorio conozca, respete y colabore en la difusión de sus usos y costumbre y apoyo la difusión de la misma pero no puedo compartir la obligatoriedad inexcusable como ocurre en estos tiempos, tiempos de globalización y que desde las altas instancias de nuestro país?, se empeñan es disgregar.

 

 

Falsa amistad

Uno asiste estos días, mejor meses, a un movimiento en defensa de los animales que con la llegada al poder, de momento local y regional, no me gusta llamarle autonómico, de algunas formaciones políticas,se ha acentuado.

Estoy totalmente a favor de no maltratar a los animales. Totalmente.

Me parecen terribles esos festejos en los que el maltrato a un ser vivo, es el principal motivo de la diversión. Me siento ofendido cuando se tortura a un animal.

He tenido durante trece años a un perro. He procurado que fuera feliz, que viviera junto a mí y la he hecho participar de mis alegrías y de mis penas. Dormirla por consejo veterinario, ha sido una de las decisiones más duras y complicadas de los últimos tiempos.

Pero ese no el el motivo de mi comentario. Mi comentario viene dado por la proliferación de actos de ayuntamientos y territorios , para declararse «antitaurinos» y «entidades amigas de los animales»

Me parece fantástico que tanto movimientos ciudadanos como entidades públicas hagan patente su repulsa a que la sangre o el maltrato animal sean motivo de jolgorio para los ciudadanos. Pero, también me parece totalmente reprobable, la falsedad y la hipocresía en esas declaraciones.

Considero que ser amigo de los animales, debería incluir a TODOS LOS ANIMALES. No solo los toros. No sé si los toros cuando están en la plaza tienen stress, sufren, sienten miedo ante el temor a lo desconocido o si «sienten la muerte».

¿Qué siente un pájaro, un conejo o cualquier animal cuando los que «practican el deporte de la caza» les apunta con el arma, les dispara, les hiere mientras huyen ante la certeza del peligro?. Nosotros, en su lugar, ¿tendríamos stress al sentir que la vida se nos escapa por las heridas?. ¿ qué sentiríamos nosotros si fuéramos un pez fuera del agua mientras siente la agonia?, si alguna especie practicara el «deporte de la pesca» con nosotros.

Estoy de acuerdo con el mensaje de «Mallorca sense sang». SIEMPRE QUE SE REFIERA A CUALQUIER SANGRE. No solo a los toros.

¿O hay distintos tipos de sangre?

Por ello, quitémonos la máscara, reconozcamos que nos importa un bledo la amistad con los animales, que nos encanta sentir el poder de las escopetas y el olor de la pólvora y que las manifestaciones en contra del maltrato a los toros se hacen con chaquetas de piel, mientras se consienten, ¿será por el negocio de los cortos?, los maltratos a los otros animales.

Memoria histórica

Soy un fan de Mafalda. Me ha encantado y, posiblemente, haya influido en mi comportamiento durante esta etapa, larga, de mi vida. Igual que Lluis LLach, Victor Jara, Raimon, Serrat y otros tantos «poetas» de mi juventud.

Hay una frase de Mafalda que siempre me acompaña y que me suele venir a la cabeza en esos momentos en los que uno no acaba de creerse que pueda haber dicho o hecho alguna cosa. «¡Justo a mí tenía que tocarme ser como soy!», decía ella o alguno de sus personajes (revisaré con placer sus tiras).

Y que tiene que ver esta frase con la Memoria histórica?

Nada y todo.

He estado por Francia estos días y he podido recrearme con la Memoria histórica que los franceses tienen. En cada pueblo, rincón que hemos pasado, hemos encontrado una maravillosa Memoria histórica. Plazas, placas de mármol, rincones en las iglesias, tienen su recuerdo con los vecinos fallecidos en las diferentes guerras y situaciones.

«EN RECUERDO DE LOS FALLECIDOS POR FRANCIA»

Este mensaje es para que los actuales vecinos recuerden que, aparte de otras consideraciones, sus vecinos, la gente, posiblemente sus familiares, han dado su vida por la patria y son dignos de que les rindamos nuestro agradecimiento y pervivan siempre en nuestro alrededor.

Igual que en mi país!. «¡Justo a España tenia que tocarle ser como es!».

Aquí, Memoria histórica es separación. Es volver a revivir los odios que a nuestra patria le han tocado padecer en sus carnes. Es recrear la misma suerte que, en un momento muy duro de nuestra historia, llevó a enfrentarse a las propias familias para defender lo que consideraban España.

Por eso, ahora, cuando comparo la quietud y serenidad de esos rincones franceses que recuerdan y homenajean a sus muertos en la defensa de la patria con los nuestros, siento escalofríos. Aquí sólo hay Memoria histórica para uno de los bandos que se empeña en destruir todo lo que recuerda a aquella barbarie, Sólo existe un odio oscuro contra una parte del país y un deseo de que desaparezca una parte de la historia, la que no interesa.

Y yo propondría que, como en Francia, todos los monumentos que nos recuerdan nuestra Historia, la historia de España, se conserven y se les catalogue como bienes culturales y se coloquen unas placas de mármol con la leyenda:

«EN RECUERDO DE TODOS LOS FALLECIDOS POR ESPAÑA»

¿Acaso no han muerto todos defendiendo a España?

No sé porqué pero siempre tenido la ilusión de hacer el Camino de Santiago y lo he ido posponiendo y tampoco sé porqué.
Este 2015 que empezó con malas noticias, el día que hubiera sido el 62 cumpleaños de mi mujer, me dijeron lo del cáncer de próstata y la operación. Le comenté al doctor si podría en setiembre empezar el Camino. Me contestó: Por qué no?.

Libro del Camino de la Voie des Piemonts, Gps, planos y todas las historias de internet que encontré, sirvieron para configurar un viaje que se completó con la maravillosa compañía de Lola que siempre está dispuesta acompañarme y cuidarme.

19 de setiembre vamos a Barcelona y de allí a Carcassonne. Conocemos a mis primas Carmen y Ana María que me reciben muy bien. Es el principio.

La primera etapa debe comenzar en Carcassonne. Después Villalba, Lavalette y Arzens. Mi prima Lili nos acerca a Villalba, salir de Carcassonne es harto difícil, pero es un pueblo solitario y no le gusta. Vamos a Lavalette y es su «Mairie» nos ponen el primer sello en la credencial de Peregrino.

Vamos por caminos, tanto de asfalto como de tierra entre viñedos, muchos viñedos de una uva negra pequeña que presumimos es para hacer vino y nos abastecemos de la misma uva, de higos riquísimos, almendras, hendirías, etc. El campo francés es rico y, en general,  luminoso y bien cuidado.

Nuestro destino es Arzens que, según el libro sólo esta a 6,2 Km. de Lavalette. Nuestro Gps marca unos tres kilómetros más pero así y todo, encontramos nuestro alojamiento, una preciosa casa de madera a eso de mediodía. Chambre d’Hotes Neptune Wood donde nos atienden pero no nos dan de comer ya que no hacen. Es una pena ya que el ambiente es familiar. Por la tarde y después de unos bocadillos, encontramos una tienda abierta y nos abastecemos de algo para la cena (más bocadillo) y pronto nos vamos a descansar ya que el día siguiente se presenta duro.